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La figura puede ser interpretada
de varias formas, esencialmente de dos: como figura plana y como figura
espacial. Ambas interpretaciones son válidas. Como figura plana, se trata de
un hexágono dividido en tres partes con líneas verdes y en otras tres con
líneas negras. Como figura espacial, se trata del esquema de un cubo, en donde
las líneas verdes son ahora tres aristas concurrentes en un vértice.
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Si se interpreta como figura
plana, el valor de un ángulo es de 90º, y los otros dos son obtusos. No son
iguales, aunque tal vez puedan parecerlo (el superior es de 150º y el inferior
de 120º). Si se interpreta como figura espacial, los tres ángulos son de 90º,
pues se trata de ángulos interiores de cuadrados (caras laterales de un cubo)
vistos en perspectiva.
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La figura puede ser interpretada
de varias formas, esencialmente de dos: como figura plana y como figura
espacial. Ambas interpretaciones son válidas. Como figura plana, se trata de
un hexágono. Como figura espacial, se trata del esquema de un cubo. Este cubo
puede ser visto de dos formas diferentes.
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La manzana puede "verse" dentro o
fuera del cubo, ya que el cubo puede verse de dos formas distintas.
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Aunque al principio la imagen era
ambigua, al irse sombreando dos caras del cubo, una de las interpretaciones
(la que deja dentro a la manzana) gana fuerza, hasta ser la única que "se ve".
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Aunque al principio la imagen era
ambigua, al irse sombreando dos caras del cubo, una de las interpretaciones
(la que deja fuera a la manzana) gana fuerza, hasta ser la única que "se ve".
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Es divertido usar la mente como
un "conmutador" entre las dos posibilidades de interpretación del cubo. Sin
embargo, en un instante dado solo puede darse una única interpretación (aunque
una milésima de segundo después cambie), no podemos realizar dos
interpretaciones distintas exactamente al mismo tiempo.
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Al difuminarse las líneas que se
interpretaban como aristas del cubo, la imagen pierde la sensación de
profundidad (debida a la perspectiva) que podía tener convirtiéndose en una
imagen plana (un hexágono irregular).
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Al volver a verse las líneas que
se interpretan como aristas del cubo, la imagen adquiere la sensación de
profundidad, pudiendo interpretarse como cualquiera de los dos cubos A o B. La
figura tiene dos dimensiones, pero nuestra mente la interpreta como la imagen
de un cubo de tres dimensiones (el cubo está en nuestra mente).
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Se puede ver como figura plana o
espacial, aunque la distribución de colores (no coincidente con las supuestas
caras de un cubo) favorece una visión plana: una región hexagonal dividida en
7 partes.
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Aparecen dos triángulos
rectángulos iguales, dos trapecios isósceles iguales, otros dos trapecios
isósceles iguales (de distinto tamaño que la pareja anterior) y un rectángulo.